Desde la ciudad amurallada de Cartagena de Indias hasta el mar de siete colores de San Andrés, pasando por el centro histórico de Bogotá, dando una vuelta por los tesoros de Cali y terminando en la imparable Comuna 13 de Medellín, esta es nuestra selección de tesoros colombianos.
Pregúntale a cualquier persona que haya ido a Colombia por qué volvería, y de seguro te dará razones como la amabilidad de su gente, la intensidad de sus paisajes, la historia impecablemente mantenida en el tiempo y, por supuesto, los sabores de sus regiones.
Pero es que, además, Colombia no es de esos países donde todo es igual. Allí hay montañas verdes, playas paradisíacas con aguas turquesa, ciudades inmensamente cosmopolitas, centros coloniales y un sinfín de museos.
¿Qué ver en Colombia? No existen semanas suficientes para disfrutar a fondo de cada uno de sus destinos. Pero si tuviéramos que escoger sólo seis para partir, de seguro serían Cartagena de Indias, San Andrés, Bogotá, Cali y Medellín. ¿Quieres saber por qué?
Una enorme ciudadela colonial es el corazón de esta verdadera joya del Caribe colombiano. Y es que poner un pie en la Ciudad Amurallada es hacer un verdadero viaje al pasado, mientras que dar un paseo por sus callejones adoquinados bordeados por coloridas casonas con balcones llenos de buganvilias, es como protagonizar una novela de Gabriel García Márquez.
Si de tirarle flores a Cartagena de Indias se tratara, la lista de motivos sería infinita: no hay nada como sentarse a ver la puesta de sol desde lo alto de sus murallas, admirar a las mujeres caminando con bandejas de fruta en la cabeza, disfrutar de la deliciosa gastronomía de sus variados restaurantes o comprar curiosidades en las tienditas y galerías escondidas.
Pero Cartagena no es solo historia. Afuera de sus enormes paredes se desarrolla una ciudad moderna con exquisitas playas, una imparable vida comercial y, sobre todo, gente muy amable. Y si a esto le sumamos un clima cálido durante todo el año, ¿no es acaso el destino ideal para irse de vacaciones?
¿Quién diría que una isla tan pequeñita perdida en el mar Caribe tendría tanto que ofrecer? Junto con las islas Providencia y Santa Catalina, San Andrés conforma la Reserva Mundial de la Biósfera “Seaflower”, un merecimiento no sólo de sus impresionantes paisajes, sino también de la riqueza de su flora y fauna, sobre todo submarina.
San Andrés es mundialmente conocida por su mar de siete colores. ¡Sí, siete tonos diferentes de turquesas y celestes componen el horizonte de sus espectaculares playas! En contraste con la arena blanca y los cocoteros que bordean la costa, el paisaje es de esos que quitan el aliento y hacen sentir a cualquiera como en el paraíso mismo.
Pero aparte de sus postales, los tesoros naturales y los restos de historia que se esparcen por la isla, San Andrés es uno de los mejores destinos del Caribe para irse de compras, pues al ser puerto libre las tiendas de la ciudad están exentas de impuestos. Imposible necesitar más razones para escoger este destino para unas próximas vacaciones.
Por mucho tiempo se pensó que esta urbe colombiana no era más que un destino de pasada para conectar con otras ciudades del país. Y así como coleccionando motivos para demostrar lo contrario, hoy Bogotá se ha convertido en una de las capitales más vibrantes de Latinoamérica, reuniendo espacios históricos, áreas llenas de naturaleza, museos emblemáticos y muy, pero muy buena gastronomía.
A Bogotá hay que comenzar conociéndola por el barrio de La Candelaria y la plaza Bolívar, para empaparse con la arquitectura colonial que, de manera asombrosa, ha logrado mantener en pie hasta el día de hoy. Luego, hay que mirarla por el lado del arte, visitando museos como el de Botero y sorprendiéndose con el arte callejero de zonas como el callejón del Embudo.
A Bogotá también hay que mirarla desde las alturas del cerro Monserrate, para luego descender hasta la Zona G, instalarse en un buen restaurante y terminar el día de fiesta en la imparable en la Zona T. De horas vacías y aburrimiento, esta ciudad no tiene idea.
Cali no será la capital de Colombia, pero vaya que lo es del ritmo: si a nivel nacional es conocida como la capital de la rumba, desde afuera lo es de la salsa. Así, de día las calles se llenan de bailes improvisados y de noche los danzódromos se llenan de vida con los mejores sonidos y esa vibrante alegría caribeña que tanto caracteriza a la ciudad.
Como buena metrópoli colombiana, Cali guarda invaluables tesoros de la arquitectura colonial, fácilmente reconocibles al dar un paseo por los alrededores de la Catedral, donde sitios como la iglesia La Ermita, el Museo del Oro, el Museo Arqueológico y, por supuesto, el boulevard del río Cali, se roban todas las miradas.
Además, hay tres claves de las que buena fama ha obtenido la ciudad: el zoológico, con más de 2.550 animales, el vigilante Cristo Rey, similar al de Río de Janeiro y, por supuesto, el barrio Granada, una zona llena de mansiones republicanas que se han convertido en elegantes restaurantes, boutiques y bares para pasar la noche, siempre a todo ritmo.
Pasear por entre medio de las escultura de Botero que adornan varios sitios de la ciudad, sacarse los zapatos en el parque de los Pies Descalzos, respirar naturaleza en el Jardín Botánico y darse a la búsqueda de la mejor bandeja paisa con toques gourmet en la zona gastronómica de El Poblado debe ser, sí o sí, el itinerario turístico de un día en Medellín.
En Medellín es primavera todo el año. Lo dice el termómetro que siempre ronda los 20°C, lo dice la calidez de su gente –con el encanto paisa que nunca falla– y también los rincones de la ciudad, que han sido testigos de un impresionante cambio cultural que ha convertido a esta ciudad en uno de los destinos más turísticos de Colombia.
Evidencia de este cambio es la afamada Comuna 13, que desde fines de los ’90 se vuelto el epicentro del arte urbano, con un impecable recorrido entre murales y graffitis hechos por artistas locales. Gracias a ello, ya nada queda de esa antigua Medellín, que hoy ha ganado seguridad, cultura y hermosos contrastes.